Micro Hábitos

Zarza33 Isaac Mendoza - A podcast by Isaac Mendoza

Existe un libro llamado hábitos atómicos, que recomiendo bastante, pero este episodio será mi versión de explicar hábitos tan pequeños que ni los notamos. Hábitos que existen sin que nos damos cuenta, o que decidimos de ignorar en nuestros matrimonios, en nuestra familia, en nuestros trabajos, en nuestros estudios, básicamente en todo. La idea es que si puedes hacer un cambio en los micro hábitos, comenzaras un efecto domino y podrás cambiar tu vida. No te quiero prometer que serás un millonario, o que podrás salvar tu matrimonio, o que tus hijos te perdonaran y aprenderán a respetarte, pero si puedes tener esos resultados y mucho más. La meta es de ayudarte a encontrar paz y felicidad con la vida que ya tienes.  Amar tu presente, amar lo que tienes, y despertar agradecido por tener a las personas que tienes en tu vida. Así que hablemos.  Memorias existen en el corazón de todo ser vivientes. Aun si entramos a entender nuestro ADN, lo más importante es recordar su plano de reproducción para seguir existiendo.  Aprendamos del germen llamado E. cloi. Por alguna razón, el germen camina en una línea derechita, y no se detiene hasta encontrar algo en nuestro vientre para comer. Cuando lo encuentra se detiene, y comienza a comer.  Luego comienza a moverse en círculos buscando por más comida en toda esa área, para asegurarse que encontró toda la comida disponible en esa área. En ingles este proceso se llama “Area restricted search” Lamento que no le encontré la traducción correcta en español. Pero la idea es que usan la memoria para recordarse de consumir todo lo que necesitan en esa área antes de seguir adelante.  El doctor Rahul Jandial explica que si salimos y observamos a los animales más grandes también notaremos el mismo proceso. Cuando una gallina o un ave, pica el suelo, sigue picando esa área para asegurarse que no hay más que comer, y se mueve a otro lugar.  Lo vemos también con las vacas, cuando las ves comiendo zacate o pasto, las vez que casi no se mueven hasta que se consumieron todo lo que pudieron comer a su alrededor.  Ahora veamos los seres humanos.  No es necesario pensar en nuestros ancestros para ver cómo le hacían ellos.  Observemos nuestra visita al mercado. Normalmente, comienzas en una categoría, digamos que lo primero que vez son las verduras.  Harás vueltas en esa área, hasta que tengas en tu carrito, o tu bolsa todas las verduras que vas a necesitar.  De allí, te mueves a las frutas, de allí al área de las carnes, y de allí al área de la leche, queso, yogur, y te aseguras que tienes todas las cremas que vas a necesitar antes de seguir adelante.   Dime, que tan irritante es estar al otro lado de la tienda y recordar que se te olvido agarrar el ajo, o las cebollas. Ahora tienes que caminar de regreso.  Si eres como yo, te dices algo como, “ah que bruto se me olvido el ajo”.  Pero no es que sea bruto, sino nuestra mente se decepciona que no fuimos más productivo con nuestro tiempo. Es parte de nuestra naturaleza.  Ahora, permíteme hacer lo que un buen predicador hace, de aplica en mensaje.  Está en nuestra naturaleza de consumir lo que nos beneficia, hasta que ya no hay más que consumir.  Lo que no necesitamos lo desechamos, lo que nos ayudó o nos benefició lo exprimimos hasta la última gota.  Normalmente cuando ya no hay más que consumir, levantamos nuestras cosas y seguimos adelante. Lamentablemente todos cometemos el error de aun quedarnos en áreas donde ya no hay nada que consumir, y nos comenzamos a morir.  Nos quedamos con los mismos amigos tóxicos, la misma iglesia que ya no te está beneficiando, estas en relaciones que ya no te llenan, no te satisfacen pero estas allí por compromiso. La razón que vez muchos videos, libros,

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