021822 — Contagio

Un Minuto Con Dios - A podcast by Dr. Rolando D. Aguirre

“Contagio”. Esa es una de las palabras más escuchadas en estos tiempos del coronavirus. Las preguntas comunes son: ¿Te has contagiado del virus? ¿Cómo puedes evitar el contagio? ¿Cómo has salido del contagio aún cuando has estado expuesto(a)? Otros emiten frases de advertencia como: Cuidado y te contagias, porque nos contagias a todos. No salgas porque te contagias. No hagas mucho para evitar el contagio. En fin, algunos han vivido por estos últimos dos años con la palabra contagio en su mente y en la práctica. Es tanto el temor que algunos han vivido basados en el miedo, y otros, como si el virus no existiera. Aunque debemos tomar las precauciones pertinentes y cuidarnos concienzudamente para evitar el contagio y no propagarlo, también debemos enfrentar realísticamente esta crisis mundial. ¿Qué tal si le tuviésemos el mismo cuidado de no contagiarnos del virus como lo que puede contagiar nuestra mente y nuestro corazón? Por ejemplo, de no contagiarnos de mentiras, de resentimientos, de temores y de raíces de amargura. El no contagiarnos de chismes infructuosos, de malos hábitos, ni de prácticas inapropiadas. En conclusión, el peor contagio al cual podemos estar expuestos se llama pecado. ¿Qué tal si lo evitamos? Y si hemos pecado, ¿qué tal si pedimos perdón por cada uno de ellos? La Biblia dice en Isaías 1:18b: “Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan blancos como la lana”. (NTV)

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