“Yo soy el pan de vida”

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17/04/2024 – En el Evangelio de hoy, 𝗝𝘂𝗮𝗻 𝟲,𝟯𝟱-𝟰𝟬, Jesús revela su identidad vinculada con el pan que ofrece como alimento: “𝗬𝗼 𝘀𝗼𝘆 𝗲𝗹 𝗽𝗮𝗻 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮”. Que podamos renovar nuestro vínculo con la Eucaristía desde la adoración, donde crece nuestro deseo de alimentarnos de lo que da vida verdadera: 𝗗𝗶𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗖𝗿𝗶𝘀𝘁𝗼, 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗹𝗮́𝗻𝗱𝗼𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗽𝗮𝗻 𝗱𝗲 𝗩𝗶𝗱𝗮. Jesús dijo a la gente: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y sin embargo no creen.Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día.Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día”. Juan 6,35-40 Danos siempre de este Pan Juan 6,35-36: Yo soy el pan de vida. Entusiasmado con la perspectiva de tener el pan del cielo del que hablaba Jesús y que da vida para siempre (Jn 6,33), la gente pide: “¡Señor, danos siempre de este pan!” (Jn 6,34). Pensaban que Jesús estuviese hablando de un pan especial como el del maná en el desierto. Por esto de forma interesada piden: “¡Danos siempre de este pan!” Este pedido de la gente recuerda la conversación de Jesús con la Samaritana. Jesús había dicho que ella podría tener dentro de sí la fuente de agua que brota para la vida eterna, y ella de forma interesada pide: “¡Señor dame de esta agua!” (Jn 4,15). La Samaritana no percibe que Jesús no está hablando de agua material. Asimismo, la gente no se da cuenta de que Jesús no está hablando del pan material. Por eso, Jesús responde bien claramente: “¡Yo soy el pan de vida! El que venga a mí no tendrá hambre y el que venga a mí no tendrá nunca sed”. Comer el pan del cielo es lo mismo que creer en Jesús. Es creer que él vino del cielo como revelación del Padre. Es aceptar el camino que él enseñó. Pero la gente, a pesar de estar viendo a Jesús, no cree en él. Jesús percibe la falta de fe y dice: “Me habéis visto y no creéis”. El Papa Francisco invitaba en una parroquia a las afueras de Roma a robustecer nuestra fe por la lectura del evangelio y purificar nuestra mirada para contemplar a Jesús “Hay que escuchar a Jesús para hacer más fuerte la fe, y mirar a Jesús para preparar nuestros ojos a la hermosa visión de su rostro. Con ocasión del evangelio del día, la Transfiguración, el Papa recordó a los presentes la primera tarea del cristiano. ¿Cuáles son los “deberes” del cristiano? Quizás me diréis: ir a misa los domingos, hacer ayuno y abstinencia en Semana Santa; hacer esto… Pero el primer deber del cristiano es escuchar la Palabra de Dios, escuchar a Jesús, porque Él nos habla y nos salva con su Palabra. Y con esa Palabra hace más robusta, más fuerte nuestra fe. ¡Escuchad a Jesús! “Pero padre, yo escucho a Jesús, le escucho mucho”. “¿Sí? ¿Qué escuchas?”. “Escucho la radio, escucho la televisión, escucho las conversaciones de las personas …”. Escuchamos muchas cosas durante el día, muchas cosas… Pero os hago una pregunta: ¿tomamos un poco de tiempo, cada día, para escuchar a Jesús, para escuchar su Palabra? La palabra de Jesús es el alimento fuerte del alma, explica el Papa, y por eso, tal y como dijo en el Angelus, el Papa sugiere cómo hacerlo a diario: llevando un Evangelio siempre consigo, como hacían los primeros mártires, como hacía Santa Cecilia, dice. Leer a diario un pasaje del Evangelio permite que entre la palabra de Jesús en el corazón y nos hace más fu...

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