Día 9: Los magos
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19/03/2025 – En este pasaje, como en otros del Evangelio de la infancia, Mateo tiene profusión de citas y alusiones del Antiguo testamento. Hay sólo otra sección de los evangelios escritos que tiene un número similar de referencias al Antiguo Testamento y son las narraciones de la pasión. En el cuádruple relato de la vida de Jesús, en cambio, estas referencias aparecen muy raras veces, a no ser precisamente en mateo que menciona con frecuencia el Antiguo Testamento. Pero, aun así, en relación con el resto de la obra, son los relatos de la infancia –tanto en Mateo como en Lucas- los que más abundan en alusiones al Antiguo Testamento. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.» Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel.Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.» Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino. Mt, 21-12 “Unos magos que venían de Oriente” (v. 1) La indicación del origen es muy vaga; pero tal vez es consciente en Mateo, que puede considerar esta indicación como suficiente para sus lectores. Si se admite, como parece que debe admitirse, que los magos del Evangelio son persas (un preciso dato arqueológico del tiempo de Constantino muestra la antigüedad de la tradición que hace, a los magos, oriundos de Persia), podemos decir algo más sobre su condición: los magos de Persia, en sus orígenes, no tienen nada que ver con los prestidigitadores egipcios, ni con los astrólogos caldeos, ni en general con los adictos a la magia. En los libros sagrados del mazdeísmo, “magos” equivalen a “seguidores de la doctrina de Zaratustra” fueron, según Herodoto, una de las tribus que poblaron la media y con el tiempo vinieron a formar la casta sacerdotal dedicada al culto de Ahura Mazda, en el cual se conservó bastante pura la doctrina mazdeísta, que ofrecía interesantes puntos de contacto con las creencias mosaicas y, más concretamente, con la esperanza mesiánica del Antiguo Testamento. . “¿Dónde está el Rey de los judíos?” La pregunta que la extraña caravana de los magos orientales repetía por las estrechas callejas de Jerusalén hubo de parecer duro sarcasmo a los judíos que la oyeron, sometidos al poder romano; y se comprende también que suscitará la turbación del suspicaz Herodes. Y, sin embargo, el hecho que anunciaban era el meollo de la esperanza del pueblo judío, esperanza que para esas fechas habría traspasado ampliamente las fronteras geográficas de Palestina.