Día 9: El nacimiento del Señor
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29/02/2024 – En el noveno día de los ejercicios espirituales de San Ignacio tomamos el texto de Lucas 1, 4-9.14 y pedimos la gracia de poder adentrarnos en el misterio que se nos revela en el Nacimiento de nuestro Señor. Que podamos dejarnos alcanzar por el amor del Dios que se nos da en Cristo Niño y que podamos acompañar a María y José en este momento. El capítulo 2 de Lucas recoge los hechos históricos ciertos, pero los reviste del ropaje midráshico con los que los ha revestido la comunidad judeocristiana. Podemos, pues, leerlo, distinguiendo en él dos planos: los hechos históricos, y el ropaje midráshico. 1- Uno de los procedimientos corrientes del midrash consiste en describir un acontecimiento actual –pasado o futuro- a la luz de uno pasado, retomando los mismos términos para señalar su correspondencia y compararlos. Son como “reminiscencias” de otros textos de la Escritura en el texto que se está redactando.Por ejemplo, el relato de la natividad, a la luz de la profecía de Miq 5, 1-5:Miq 5, 1-5. Lc 2, 4-9. 14 1- Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá.5-Subió a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén.2-Hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar ha luz6- Y sucedió que se le cumplieron los días de alumbramiento y dio a luz.3- Él pastoreará (su rebaño) con el poder de Yahveh, con la gloria del nombre de Yahveh su Dios8- Había unos pastores en la misma comarca4- Él será la Paz9-La gloria del Señor los envolvió con su luz 14- Paz a los hombres Se puede añadir la analogía entre el Mesías de Miqueas, dominador (5, 5b), y el Mesías de Lucas, hijo de David (2, 4. 11), salvador y Cristo Señor (2, 11); y entre “los confines de la tierra” (Miq 5, 3) y “todo el mundo” (Lc 2, 1). Además, entre Miq 4, 8-10 y Lc 2, 4. 7. 8 hay, como idea común, el dar a luz fuera de la ciudad, en el campo, en los pastizales de Belén, donde David había pastoreado sus rebaños. 2- El historiador Lucas sitúa la historia de la salvación en el curso de la historia universal: el emperador romano Augusto reina sobre la tierra entera, sobre los países comprendidos en el Imperio Romano. Como dice un autor contemporáneo, Augusto dio nuevo aspecto al mundo entero. La Providencia, que gobierna a toda vida, colmó a este hombre de grandes dotes para bien de los hombres. En su aparición se han colmado las esperanzas de los antepasados y, en su tiempo, el nacimiento de Dios ha introducido la Buena Nueva y ha comenzado un nuevo cómputo del tiempo. Mediante una disposición suya (Lc 2, 3-1), el emperador Augusto, que reina sobre el mundo, se pone, sin tener conciencia de ello y conforme al designio de la divina Providencia, al servicio del verdadero Salvador del mundo, en quien se cumple lo que los hombres habían expresado de Augusto y que él no pudo dar hasta cierto grado, pero no en su plenitud. El censo abarcaba dos cosas: un registro de la propiedad rústica y urbana (para fines del catastro) y una estimación de sus valores para el cálculo de los impuestos. También las mujeres debían comparecer con sus maridos ante los funcionarios. Y así María, con José, se dirigió a Belén, la ciudad de José, en la que tendría alguna propiedad.Dios pone la historia del mundo a servicio de la historia de la salvación. Subordina a sus eternos designios la orden de Augusto. El Mesías tenía que nacer en Belén: procede de la casa de David y poseerá el trono de su padre, como lo profetizaba Miq 5, 1: “Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar a Israel y cuyos orígenes son antigüedad, desde los días de antaño”.