Día 11: La vida oculta de Jesús en Nazaret

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21/03/2025 –  La segunda semana de ejercicios es un tiempo especial de escucha para poder recibir las llamadas que el Señor nos está haciendo. Nos viene bien adentrarnos en los 30 años de vida oculta de Jesús, en donde en el silencio fue creciendo y madurando su llamada. Leemos en Lucas 2,39-40:  “Después que hubieron cumplido con todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía, y se fortalecía y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él” De los treinta años de la vida oculta de Jesús en Nazaret, Lucas no nos ha conservado ningún recuerdo concreto, sino sólo noticias generales de 2, 40 y 51-52. Esos treinta años siguen siendo verdaderamente ocultos, envueltos en silencio, a los cuales podemos aplicar, con fruto, nuestros “sentidos”, tanto los “imaginarios” como los “espirituales” (fe, esperanza, amor). Tres rasgos caracterizan, según Lucas, al niño Jesús, hasta el comienzo de su ministerio (bautismo, tentaciones…): la sumisión respecto de sus padres; su crecimiento, no sólo en estatura sino también en sabiduría y su crecimiento en gracia ante Dios y los hombres. * La sumisión de Jesús: para entender el alcance del v. 51a, importa observar primeramente su función literaria. La mayor parte de los episodios de la infancia concluyen con una breve noticia que anuncia un cambio de escena. Por ejemplo, tras la anunciación a Zacarías, “cumplidos los días de su servicio, volviose a casa” (Lc 1, 23); después de la anunciación a María, “y se fue el ángel de junto a ella” (1, 38); tras la visitación, “María permaneció unos tres meses, y se volvió a su casa” (1, 56); después del nacimiento de Jesús, “los pastores se volvieron” (2, 20); tras la presentación del niño en el templo, “cumplirás todas las cosas, se volvieron a la ciudad de Nazaret” (2, 39). En total, con 2, 51a, seis fórmulas de conclusión que terminan un cuadro con la mención de una partida. El procedimiento redaccional es manifiesto.Lucas no se contenta, sin embargo, con escribir que el niño Jesús volvió a Nazaret con sus padres, sino que añade: “y les estaba sujeto”. Sólo la noticia de 2, 20 muestra un complemento similar: los pastores se retiran “glorificando y loando a Dios”; frase con la que parece querer despertar, en sus lectores, los sentimientos de reconocimiento hacia Dios. A veces, en lugar de “sumisión” se decía con gusto “obediencia”, tanto en las exhortaciones a los hijos como las que se dirigían a las mujeres casadas, donde, más que de simples señales exteriores de respeto, la obediencia es la prueba de una verdadera sumisión interior. * La gracia de Dios: si el versículo 51 constituye la conclusión del episodio de la peregrinación de Jerusalén, el versículo 52 debe ser considerado como una conclusión general del Evangelio de la infancia. Esta conclusión había sido iniciada al fin de la historia de la presentación: “El niño crecía y se fortalecía, estaba lleno de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él” (Lc 2, 40). Noticia del mismo género al final de la historia del nacimiento de Juan Bautista: “El niño crecía y se fortalecía en espíritu” (1, 80; aunque notemos que es más explícito respecto de Jesús, como queriendo marcar la diferencia entre ambos niños).Son notas generales que resumen, en algunas palabras, el desarrollo de un niño y el historiador no juzga necesario detenerse más. Pero añadamos que la redacción se inspira en modelos bíblicos; por ejemplo, hablando de Samuel, se dice de él “se hacía grande y bueno a los ojos del Señor y de los hombres” (1 Sam 2, 26). Sin embargo, Lucas expresa con más corrección la idea de crecimiento y retoca la fórmula “bueno a los ojos de Dios y de los hombres”, inspirándose en otra expresión bíblica: “hallar la gracia delant...

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