Dejarlo todo por seguir a Jesús
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28/05/2024 – En San Marcos 10,28-31 Pedro le pregunta a Jesús que van a recibir a cambio de haberlo dejado todo para seguirlo. El Señor responde que quien se despojó de todo por él y por la Buena Noticia recibirá cien veces más de lo que entregó. Jesús corre el centro de atención de la pobreza entendida como valor y pone en el centro su persona y el Reino. Pedro le dijo a Jesús: “Tu sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido” Jesús respondió: “Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mi y por la Buena noticia, desde ahora en este mundo recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos en medio de las persecuciones. Y en el mundo futuro recibirá la vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”Marcos 10, 28 – 31 Seguir a Jesús La expresión seguir a alguien en el Antiguo Testamento tuvo dos contextos distintos:Primero expresaba el hecho de que un discípulo se unía a su maestro (como Elías, que renuncia a su familia, Re 19, 19-21); el gesto de Elías de arrojar el manto sobre Eliseo muestra que la iniciativa viene de una parte distinta del discípulo y que el maestro tiene un legado que Dios ha puesto en él respecto del discípulo. Más tarde el rabinismo presenta otra imagen: la del maestro que va adelante, montado en un asno, y algunos discípulos que lo siguen a cierta distancia. Aquí aparece el seguir, el caminar detrás de alguien, reconociendo superioridad y dignidad. Por otro parte, en el contexto más específicamente religioso de la relación del hombre con Dios, también se emplea el término seguir para condenar la idolatría. En el Antiguo Testamento se habla de seguir a otros dioses, y ese seguimiento nos lleva a la muerte, por el camino de considerar dios lo que no lo es.Elías ilustra bien la opción necesaria entre las dos actitudes). Al dirigirse al pueblo les dice: si Yavéh es Dios, síganlo; si Baal es dios, sigan a éste. Es decir, si el que representa las fuerzas del mal, Baal, es dios, sigan al mal; si el que representa las fuerzas del acto de amor más grande, la creación, y el que tiene en sus manos a la historia, es el Dios que ustedes reconocen, sigan a este Dios. El seguimiento nos pone siempre frente a dos posibilidades; es una opción, una elección, frente a la que Dios, en algún momento de la vida, nos pone de cara a lo que construye nuestra vida, y de cara también a lo que nos hace daño, a lo que nos destruye. Mover el corazón al seguimiento para encontrar en ese camino lo que Dios tiene reservado para nosotros. En el Nuevo Testamento la expresión seguir a Jesús no tiene un sentido uniforme, sino varios sentidos pluriformes. Por un lado, hay una invitación al que se abre al seguimiento de Jesús por la atracción que Jesús despierta; por otro lado, hay una llamada directa del Señor: “Sígueme…”. El seguimiento de la multitud se diferencia (por lo superficial) del seguimiento personal de Jesús que los discípulos hacen por el llamado del Señor para formar parte de la comunidad de los doce. Y aquí también se nota una diferencia entre el estilo de Jesús (el que llama es el Maestro) y el estilo rabínico (el discípulo busca un Maestro en el cual verse reflejado). En el caso de Jesús, claramente la iniciativa viene de Él: “Sígueme…”.La presencia de Jesús genera una atracción tal que la persona se siente invitada a dejarlo todo para quedarse con Él, el tesoro escondido. La gracia de Dios mueve el corazón cuando es Jesús quien llama a dejarlo todo. En la medida en que hagamos foco sobre lo que nos atrae del Señor podemos allí detenernos, y en el vínculo con Él descubrir a dónde nos lleva,