6 de Julio - Se desvanecieron

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

6 de Julio Kenneth Se desvanecieron «Así es la lengua. Aunque es un miembro muy pequeño, se jacta de grandes cosas. ¡Vean qué bosque tan grande puede incendiarse con un fuego tan pequeño!Y la lengua es fuego; es un mundo de maldad. La lengua ocupa un lugar entre nuestros miembros, pero es capaz de contaminar todo el cuerpo; si el infierno la prende, puede inflamar nuestra existencia entera». (Santiago 3:5-6) Palabras. Si se usan bien, pueden mover montañas. En cambio, si se usan mal, pueden hacer que tu vida entera se desvanezca. Quizás digas: “Hermano Copeland, me es difícil creer que las grandes catástrofes puedan ser ocasionadas por unas simples palabras. No veo la relación”. Mira nuevamente la frase que Santiago uso: «...Vean qué bosque tan grande puede incendiarse con un fuego tan pequeño!...». ¿Alguna vez ha encendido astillas y las ha puesto debajo de un montón de leña? ¿Qué sucedió? Probablemente las llamas empezaron a esparcirse de un leño a otro, hasta que todo se convirtió en un gran fuego. Después de apagar el fuego, si escarbas en las cenizas no podrás encontrar las astillas que lo empezaron todo, ¿cierto? Las astillas se quemaron, no quedó ningún rastro de ellas. La lengua es así. Primero contamina el cuerpo, luego inflama la rueda de la creación con un incendio tan grande que no queda rastro alguno de dónde se originó todo. Las palabras que empezaron el fuego se desvanecieron, no queda rastro alguno de ellas; es como si nunca hubieran existido. Por tanto, jamás subestimes el poder de tus palabras. Puedo asegurarte que Satanás no lo hace. Él trabaja constantemente para hacer que las uses de una manera negativa. Te disparará dardos de dolor, de enfermedad y de desaliento para hacerte hablar palabras negativas que harán que tu vida se desvanezca. Pero no le permitas tener éxito. Apaga el fuego siguiendo las instrucciones de Efesios 6:16. Has lo que el apóstol Pablo dice: «Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar todas las flechas incendiarias del maligno». ¡Habla palabras de fe y detén el fuego antes de que empiece hoy! Lectura bíblica:  Santiago 3:1-10

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