31 de Julio - No le sirvas al problema

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

31 de Julio Kenneth No le sirvas al problema «¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos...» Isaías 55:7   No podrás obtener la victoria mientras el problema sea lo más importante en tu vida. Hace algunos años, el Señor me reveló esa realidad. En esa época enfrentaba algunas dificultades en mi ministerio, las cuales me parecían tan grandes que pensaba en ellas desde la mañana hasta la noche. Aunque los estaba resistiendo, pensaba más en esos problemas que en las promesas de las Escrituras sobre las cuales me estaba apoyando. Entonces descubrí algo en Mateo 6:24-25: «…no podéis servir a Dios y a Mammón. Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida…» (RVA). He leído esa escritura cientos de veces, pero ese día vi algo que no había visto antes. A continuación de las palabras de Jesús “no podéis servir a Dios y a Mammón”, Él dijo: “No os congojéis por vuestra vida”. De repente, vi la conexión. ¡Nosotros le servimos a nuestras preocupaciones! Por eso Isaías 55 nos dice que dejemos nuestros pensamientos, y por la Palabra tomemos los pensamientos de Dios. En 2 Corintios 10:5 nos instruye a que derribemos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevemos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. ¿Quieres hoy librarte de tus problemas? ¡Entonces deja de servirles! No permitas que consuman tu vida. No esperes hasta que las circunstancias cambien para hacerlo. En su lugar, comprende que las circunstancias no cambiarán jamás hasta que cambies los pensamientos equivocados por los pensamientos correctos. Sé que no es fácil de hacer, especialmente en medio de las pruebas y las densas tinieblas. Pero podrás hacerlo si practicas estas tres cosas: Primero: Recuerda que no estás solo. Tienes la Palabra (los pensamientos de Dios). Tienes el Espíritu Santo que te fortalece y posees la mente de Cristo. Segundo: Acércate a personas que están llenas de fe. En vez de repetir otra vez tu problema, deja que ellos hablen. Disponte a escuchar. Únete a la fe de ellos y resiste las tinieblas. Tercero: Alaba a Dios. Haz lo que sea necesario para alabar. ¡Al empezar a alabarle, la presencia de Dios rechazará esos pensamientos de preocupación y los derribará! Tus problemas no son lo más importante en tu vida. Lo más importante es Jesús. Sírvele con tus pensamientos ¡y Él te hará libre! Lectura bíblica:  Isaías 55

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