29 de Enero - ¡Sólo hazlo!
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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29 de Enero Kenneth ¡Sólo hazlo! «Pero el jefe de la sinagoga se enojó porque Jesús la había sanado en el día de reposo, así que le dijo a la gente: «Hay seis días en los que se puede trabajar. Para ser sanados, vengan en esos días; pero no en el día de reposo.» (Lucas 13:14) La religión es peligrosa. La religión prefiere debatir la sanidad, que ver a alguien sano. La religión prefiere discutir acerca de la liberación, que ver a alguien libre. En Lucas capítulo 13, podemos observar un claro ejemplo de esto. Jesús sanó a una mujer que había estado encorvada por 18 años. Imagínatelo: una pobre anciana —a la que Jesús llamó hija de Abraham— a quien liberó después de haber estado atada por el diablo por casi dos décadas. Era de esperar que los líderes del templo se regocijaran por lo que Jesús había hecho. Pero, ¡no! Más bien se enojaron porque había sanado en el día equivocado. ¿Sabes qué es lo peor? Esos mismos líderes religiosos, que criticaron a Jesús por sanar en el día de reposo, pudieron haberle ministrado sanidad a esa mujer en cualquiera otro día de la semana, si en realidad les hubiera importado hacerlo. Por ese motivo, Jesús se indignó con ellos. Jesús ministró respaldado por el mismo pacto de Abraham que ellos tenían, pero su religión había tenido atada a esa mujer en lugar de haberla liberado. Siempre sucede así. Recuerda eso la próxima vez que alguien trate de debatir sobre la sanidad o la liberación. Si alguien necesita ser liberado de un demonio, ¡sólo hazlo! No te enredes en cuestiones teológicas tratando de averiguar dónde está el demonio. “¿Estará en el cuerpo?, ¿en el cerebro?, ¿en el espíritu?, o quizás ¿en el bolsillo? Mientras piensas en esas cosas, el demonio estará volviendo loca a la pobre persona. La pregunta no es: “¿dónde está el demonio?”, sino “¿por qué no hemos liberado a esa persona? Es nuestro prójimo, y en el Nombre de Jesús ¡debe ser libre! Una vez que te hagas esa pregunta, no te importará si el demonio está adentro, afuera, suspendido en el aire o reposando. Lo único que te importará es que esa persona sea libre. Ésa es la diferencia entre la religión y el amor de Dios. La religión discute. El amor actúa. Escoge el amor, hoy. Lectura bíblica: Lucas 13:11-17