28 de Junio - Viva la diferencia

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

28 de Junio Kenneth Viva la diferencia «Uno solo puede ser vencido, pero dos presentan resistencia. El cordón de tres hilos no se rompe fácilmente.» (Eclesiastés 4:12) Hay poder en la unidad. El diablo lo sabe. Por eso, continuamente está luchando contra esa unidad. Él toma las diferencias que hay en nosotros, diferencias que Dios puso para hacernos más fuertes, y trata de usarlas para romper el vínculo que nos une. Por ejemplo, los hombres y las mujeres. El diablo nos ha engañado al hacernos creer que uno es superior al otro. Pero puedo resolver ese argumento ahora mismo. Las mujeres son superiores a los hombres. Si no creen eso, ustedes los hombres traten de dar a luz un bebé. Pero también, los hombres son superiores a las mujeres. Si no creen eso, ustedes las mujeres, traten de concebir uno sin nosotros. ¡Es la combinación de las diferencias la que nos hace fuertes! Incluso se ha discutido si Dios es hombre o mujer. Pero la Biblia nos lo aclara. ¡Él es ambos! Eso es correcto. En el idioma hebreo, todas las palabras tienen género, son masculinas o femeninas. Pero la palabra hebrea Jehová es masculina y femenina. Dios es tan femenino como masculino y tan masculino como femenino. Originalmente, la raza humana era así también. Cuando Dios hizo primero al hombre, era tan femenino como masculino. Entonces Dios separó la parte femenina e hizo a la varona o “varón con vientre”. Después de eso, tuvieron que juntarse para ser perfectamente completos. Todavía eso es cierto. Por ejemplo, cuando Dios une al esposo y a la esposa, con frecuencia, junta personas que poseen mayores diferencias de personalidad. Donde uno es débil, el otro es fuerte, y viceversa. Por eso, cuando llegan a ser uno, son más poderosos de lo que eran estando separados. Hubo un tiempo en que no lo comprendía. Me molestaba con Dios por haberme enviado una esposa que no se preocupaba por algunas de las cosas que me gustaban. Pero finalmente me di cuenta que Dios sabía lo que estaba haciendo. Si Él me hubiera dado una esposa que fuera tan aficionada a volar como yo, hubiéramos pasado el resto de nuestra vida en las nubes. No estaríamos predicando la Palabra. Estaríamos en alguna exhibición aérea volando al revés. Nos llamaríamos el equipo Copeland, o algo así. ¿Existen en tu vida personas que son irritantemente diferentes a ti? No dejes que el diablo use esas diferencias para separarlos. ¡Agradécele a Dios por ellas! Deja que Él le enseñe cómo apreciarlas y ¡lo poderosos que pueden ser... juntos! Lectura bíblica: Eclesiastés 4:9-12

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