27 de Marzo - De creencia a convicción
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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27 de Marzo Kenneth De creencia a convicción «Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Romanos 8:37) La Biblia nos llama reyes(,)ysacerdotes (Apocalipsis 1:6) y vencedores del mundo (1 Juan 5:4). Pero para la mayoría de nosotros ésas son sólo frases—no nos hemos convencido. Hemos sido engañados por el diablo para que vivamos en derrota. Aún no comprendemos nuestra verdadera identidad. En 1 Crónicas 14 vemos que David tuvo un problema similar. Había sido ungido como rey por el profeta Samuel cuando era un adolescente. Por años supo que algún día reinaría sobre Israel. Sin embargo, no estaba convencido de ello. Pero observa lo que dice el versículo 2: «Y entendió David que Jehová lo había confirmado como rey sobre Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel».¡Por fin se convenció! David entendió que el Señor lo había establecido como rey. Me imagino a David diciendo: Soy rey. ¡En realidad, soy el rey! ¡YO SOY REY!. En ese momento, ser rey dejó de ser un sueño para David; se convirtió en una realidad. Él pudo verse como tal. ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? Al igual que David, tú y yo hemos sido asignados a la realeza. Sólo que se nos ha hecho difícil creerlo. Pero hasta que no lo creamos, no podremos ejercer ni el poder ni la autoridad que ese cargo conlleva. Por ejemplo, supongamos que estás enfermo. Podrías gritar 50 veces al día: ”por Sus llagas he sido sanado”. Podrías esperar por tu sanidad. Incluso podrías intentar creer por esa sanidad hasta que tu cabello se vuelva grisáceo. Pero si no te ves realmente completo y sano en Cristo Jesús; si no te ves “sano” en lugar de “enfermo”, jamás recibirás ayuda sobrenatural. Pero, una vez que comprendas que de hecho eres “sano”, nadie —ni siquiera el diablo mismo—, podrá impedirte que seas sanado. No dejes que el diablo te siga engañando. Atrévete, y deja de tratar de creer. Comienza a experimentar el conocimiento verdadero al sumergirte en la Palabra. Léela y medítala. ¡Practica verte con los ojos de la Palabra hasta que tu realeza se arraigue como una convicción en tu vida! Lectura bíblica: Efesios 1:3-23