25 de Julio - No permitas que tu fe decaiga
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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25 de Julio Kenneth No permitas que tu fe decaiga «Por tanto, es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que nos extraviemos» (Hebreos 2:1) Algo muy serio le ha estado sucediendo al Cuerpo de Cristo. A menudo, hemos permitido que el mensaje de fe y justicia, se desvanezca. No hablo solamente de aquellos creyentes que han estado muy rodeados de religión que nunca han oído del poder que tienen en Cristo Jesús. Hablo de los que hemos oído la Palabra y hemos conocido la emoción de vivir por fe. Por ejemplo, en mi propia vida, hubo ocasiones en que oraba por sanidad. Decía todas las palabras correctas: Gracias Dios, creo que recibo... Pero por dentro pensaba: ¿Por que será qué Dios no me sana? Aunque decía que creía que estaba sano, en realidad no era así. Había dudado de la promesa de Dios, creyendo lo que mi cuerpo decía, en lugar de lo que se afirma en la Palabra de Dios. No me importa cuánto tiempo lleves como creyente o cuánto tiempo tengas practicando los principios de fe. Tu fe en las promesas de Dios fácilmente puede decaer y eso te costaría caro. Podrías decir: “Pero si caer en incredulidad es tan fácil, ¿cómo podemos evitarlo?”. En Hebreos 4:11 leemos: «Procuremos, pues, entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de los que desobedecieron». Nosotros debemos esforzarnos. No estoy hablando de trabajar con nuestras manos y nuestros pies o de luchar para conseguir que Dios haga algo, sino de pasar tiempo en la Palabra de Dios, aferrándonos por la fe a las promesas de Dios día tras día. Debemos escuchar la Palabra, y no permitir que se desvanezca. Mantente firme en la Palabra. No cometas el error de pensar: “Yo sé todo ese asunto de la fe. Sé cómo recibir mi sanidad”. No te debilites, o uno de estos días el diablo te tomará desprevenido y te robará sin que te dés cuenta. En lugar de eso, profundiza más en la Palabra de Dios. ¡Trabaja! Se diligente para evitar que tu fe decaiga, ¡y no caerás! Lectura bíblica: Hebreos 10:23-39