24 de Julio - Deja atrás el pasado
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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24 de Julio Kenneth Deja atrás el pasado «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está adelante; ¡prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús!» (Filipenses 3:13-14) Golpes y contusiones espirituales. Dolores y sufrimientos internos que parecen no irse. Casi todos nosotros sabemos lo que son, pero pocos sabemos qué hacer al respecto. Esperamos que por arte de magia esas heridas ocultas dejen de lastimarnos, pensamos que quizá (al dormirnos o con una porción adicional de postre) ese fastidioso sentimiento de depresión, finalmente desaparecerá. ¿Sucede siempre de esa manera? ¡No! Lo sé. A mí me ha sucedido. Pero gracias a Dios, ya no me ocurre. Durante los últimos años, he enfrentado algunas intensas batallas espirituales. Me he dado cuenta de que esas batallas pueden dejarlo a uno herido en el interior, así como una pelea puede dejarlo herido en el exterior. Antes de que naciera de nuevo, aprendí lo devastador que puede ser una verdadera pelea física. No obstante, a pesar de lo mal que me sintiera, unos pocos días de descanso me hacían bien. Sin embargo, la sanidad de un espíritu herido no viene así de fácil. En realidad, el paso del tiempo con frecuencia empeora esta condición. La razón es ésta: En lugar de dejar los dolorosos fracasos atrás, con frecuencia hacemos énfasis en ellos hasta que llegan a ser más reales para nosotros que las promesas de Dios. Nos enfocamos en ellos hasta que llegamos a estar sumergidos en la depresión, inactivos por el temor de que si proseguimos, volveremos a fracasar. Pero hay una salida. Si la depresión te lleva en descenso espiritual, lo único que debes hacer para escapar es quitar los ojos del pasado y ponerlos en el futuro, un futuro que ha sido garantizado por Cristo Jesús mediante las abundantes y preciosas promesas de Su Palabra. Hay posibilidades de que al principio no sea tan fácil para ti. Quizás tu mente ha tenido años de práctica en concentrarse en el pasado. Como un caballo viejo que habitualmente se dirige al establo, es posible que tus pensamientos comiencen a galopar en esa dirección cada vez que le sueltes la rienda. Por tanto, no las aflojes. Toma las riendas con mucha fuerza. Disponte a meditar en la Palabra de Dios. Reemplaza los pensamientos del pasado con promesas de las Escrituras acerca del futuro, y se diligente al respecto. Entonces, en vez de ser un soldado herido, llegarás a ser el guerrero conquistador que Dios creó. Lectura bíblica: Filipenses 3:12-21