21 de Noviembre - Dale la gloria a Dios

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

21 de Noviembre Gloria Dale la gloria a Dios «En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos» Juan 15:8   En algunos círculos cristianos existe una vieja tradición que dice que cuando los hijos de Dios soportan abnegadamente el dolor y el sufrimiento, el Señor recibe la gloria y el mundo queda admirado. ¡Qué gran mentira! Ésa es una artimaña del diablo para tener esclavizados a los hijos de Dios. La gente del mundo ya tiene suficiente dolor y sufrimiento, y no quiere aumentarlos; más bien, quiere evitarlos. A ellos no les interesa lo que prediques. Es la gente religiosa la que se preocupa por esas cosas. Los inconversos poseen mejor sentido común—ellos quieren ver resultados. Por eso vienen a la iglesia cuando oyen que las personas están siendo sanadas, liberadas y rescatadas del sufrimiento. Eso es lo que ellos están buscando, y eso mismo es lo que Dios quiere que reciban. En la Biblia dice que Dios recibe la gloria cuando ellos ven a los paralíticos caminar y a los ciegos ver (Mateo 15:31). Jesús dijo: «En esto es glorificado mi Padre: en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos...» (Juan 15:8). ¿A cuál fruto se refiere? Al fruto de las vidas restauradas y sanadas por el poder de Dios. Un hombre que tenía un cáncer tan avanzado que casi no tenía fuerzas para subsistir llegó a una de nuestras campañas de sanidad. Ni siquiera conocía al Señor; sin embargo, llegó con la esperanza de recibir un milagro. Durante las sanidades, el Señor le dijo a Kenneth que alguien estaba siendo sanado de cáncer en las glándulas, en la garganta y en el pecho. Cuando el hombre se acercó a la plataforma y recibió la sanidad, dijo: «Salí del hospital esta mañana con cáncer, pero ahora he sido sanado». Él volvió al hospital esa tarde y los médicos lo examinaron y le dieron de alta. Como resultado, él recibió a Jesús como su Señor, y más tarde ese mismo día se reconcilió con su esposa, de la cual había estado separado. En el mismo día recibió sanidad, salvación y su matrimonio fue restaurado. ¡Eso es fruto! Eso glorifica a Dios. Cuando ministramos sanidad y liberación como lo hizo Jesús en la Tierra, eso da gloria a Dios. Deshagámonos de la tradición religiosa y sigamos lo que la Palabra dice. Hagamos que el mundo se admire de Jesús para que Dios reciba la gloria. Lectura bíblica:  Juan 15:1-16

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