2 de Octubre - Corre a Dios
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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2 de Octubre Kenneth Corre a Dios «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad». (1Juan 1:9) ¡Qué maravilloso es saber que fuimos liberados de la ley del pecado y de la muerte! ¡Qué glorioso es saber que nunca más tendremos que ser esclavos del pecado! Pero ¿qué podemos hacer cuando a pesar de esas verdades gloriosas seguimos fallando, continuamos cometiendo errores y seguimos cayendo en pecado? La respuesta es correr hacia nuestro Padre celestial y arrepentirnos. Y aunque esto parece algo fácil, con frecuencia hacemos todo lo opuesto. En lugar de correr hacia Dios, dejamos que el temor y el sentimiento de culpa nos alejen de Él. Nos ponemos a pensar cosas como: “Bueno, fallé otra vez; será mejor que me olvide de todo y viva en pecado”. No cometas ese error. No dejes que Satanás te convenza a pecar en un área de tu vida, sólo porque ya fallaste en otra. Cuando te desvíes del camino de Dios, sólo debe confesar tu falta y volver al camino. “Pero, hermano Copeland, me siento tan culpable cuando le digo a Dios lo que he hecho que se me hace muy difícil confesarlo”. Lo sé, yo también me sentía así. Entonces, un día, Dios me dijo: Kenneth, cuando confesaste ese pecado, no fue para que yo lo supiera, sino para que te despojaras de él y fueras limpiado de sus efectos en tu vida. Cuando cometas un error o cuando falles en algo, recuerda que tienes un abogado para con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan 2:1). ¡Corre a Él! Jesús sabe por lo que estás pasando. No tienes por qué sentir temor. Él te destruyo por los pecados que cometiste antes de que lo recibieras como Salvador y Señor de tu vida, ¿cierto? Entonces, ¿cuánto más misericordioso y amoroso crees que Dios será ahora que le perteneces, ahora que te has acercado y que tu corazón se ha inclinado a Él? En lugar de huir de Dios, corre a Él para ser perdonado y limpiado no importa lo mucho que hayas pecado. Él desea perdonarte y limpiarte de toda maldad. Lectura bíblica: 2 Samuel 11:1-5, 12:1-13