15 de Junio - Echa tus ansiedades sobre Él

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

15 de Junio Kenneth Echa tus ansiedades sobre Él «Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustedes» (1 Pedro 5:6-7) Cuando aprendí por primera vez a echar mis ansiedades sobre el Señor, estaba en el sur de Texas predicando en una campaña a la que nadie iba. No te miento, la gente se mantenía alejada, de hecho eran miles de personas las que evitaban asistir. Después de uno o dos servicios en el que estaban el pastor, unas dos o tres personas más y yo, empecé a afanarme. Pero el Señor me dijo: Echa esa ansiedad sobre mí, y así lo hice. Empecé a caminar sonriendo y silbando. Le dije al diablo: «No pondré mala cara ni me preocuparé. Vine aquí a predicar y eso es lo que voy a hacer, y es asunto de Dios si alguien se aparece o no. No me preocuparé por nada». Estaba tan feliz que parecía un tonto. El diablo me dijo: “¿Qué pasa contigo? ¿No eres lo suficientemente inteligente como para preocuparte por esa situación?”. Supongo que la gente decía: “Me parece que él es muy ingenuo como para no preocuparse. Creo que es porque nunca fue al seminario; no puede ver la diferencia entre una gran victoria y una aplastante derrota”. Pero le dije al Señor: "He echado mi ansiedad sobre ti, y si nadie viene excepto esa respetable anciana, ella será la anciana a la que más se le haya predicado en el estado de Texas, ya que predicaré como si hubiera una muchedumbre". En ese entonces no me daba cuenta de lo que estaba sucediendo. Mi despreocupación me colocó en una posición en la que el diablo no podía hacer nada. Ya no podía inmiscuirse en mi vida. No podía sembrar más temor ni incredulidad. No podía presionarme para que me comprometiera, porque ya no me importaba lo que pasara. Yo había echado toda mi ansiedad sobre el Señor. ¿Estás preparado para librarte de la ansiedad? Si lo estás, sólo has esta confesión de fe: Soy creyente; no soy incrédulo. La Palabra obra en mí; y en este momento me humillo bajo la poderosa mano de Dios. Echo toda mi ansiedad sobre Él. Desde este momento en adelante, me niego a preocuparme. En lugar de eso, oraré, activaré mi fe y creeré. Dios me exaltará sobre el problema y sobre el diablo. Pues yo pertenezco a Cristo y Él cuida de mí. Lectura bíblica: Salmos 55:16-22

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