14 de Octubre - Ese glorioso nombre

Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland

14 de Octubre Kenneth Ese glorioso nombre «Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo». (Juan 14:13) En el nombre de Jesús. Esta frase es más que unas cuantas palabras que decimos para finalizar nuestras oraciones. Todo lo que Dios es y hace, está contenido en el nombre de Jesús. En la versión AMP, dice que cuando pides en el Nombre de Jesucristo, estas presentando tus peticiones al Padre basados en todo lo que Jesús es. Por esa razón, puedes confiar en que tus peticiones serán concedidas―no porque seas digno, sino porque Jesús es digno. Es más, el Nombre de Jesús es superior a cualquier otro nombre. En Filipenses 2:9-10, el apóstol Pablo nos dice: «Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra». A pesar de todo lo que la Palabra de Dios dice acerca del poder del Nombre de Jesús, la mayoría de los creyentes no parecen ponerle demasiada atención. Oran en el Nombre de Jesús, pero luego dicen: “Ojalá Dios conteste mi oración”. No se dan cuenta de que sería suficiente creer que el Nombre de Jesús conlleva toda la influencia necesaria para garantizar que tus oraciones serán contestadas. Hasta permiten que el lenguaje religioso les prive del poder de usar ese nombre. Yo he oído a muchos creyentes, bien intencionados, terminar su oración con las palabras “por el amor de Jesús”. Pero Jesús no dijo que oráramos por Su amor; Él dijo que oráramos en Su nombre. Yo mismo solía cometer ese error. Una noche estaba orando porque tenía dolor de estómago. «¡Oh, por el amor de Jesús —exclamé— sana mi estómago!». Después de repetir eso unas cuantas veces, el Señor habló a mi corazón: Espera un momento. ¿A quién le duele el estómago aquí, a ti o a mí? - «A mí», le respondí. - En ese caso —dijo Él— ora por tu estómago, ¡en mi nombre! El Nombre de Jesús. Escudriña la Palabra para que en realidad conozcas el poder y la autoridad que tiene ese Nombre, y menciónalo siempre que ore. Deja de tener la vaga esperanza de que quizá Dios te conteste y empieza a creer con toda confianza que Él hará que toda situación de tu vida le rinda honor a ese Nombre glorioso. Lectura bíblica: Juan 16:13-24

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