11 de Marzo - Un Pacto de Amor
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland - A podcast by Kenneth y Gloria Copeland
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11 de Marzo Kenneth Un Pacto de Amor «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…» (Juan 3:16). Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio, y dio… y dio. Ése es el mensaje que la Biblia nos comparte de principio a fin. Parece algo muy simple; sin embargo, en realidad, pocos lo entienden. Podemos entender la idea de un Dios poderoso. Podemos entender la idea de un Dios que desea que le sirvan. Pero, ¿comprender a un Dios Todopoderoso que nos ama tanto que desea dar por sobre todas las cosas? Es difícil de comprender. Por miles de años, Dios ha estado obrando para derramar la revelación de Su amor en los corazones de los hombres. Ha hecho promesas amorosas de bendición y protección. Pero siempre ha enfrentado el mismo obstáculo: seres humanos que no pueden aceptar esas promesas como ciertas. La historia de Abram es un ejemplo perfecto. Abram no estaba acostumbrado al concepto de un Dios dadivoso. Después de todo, él había sido adorador de la luna, y la luna nunca había hecho nada por él. Entonces, conoció al El Shaddai: el que es mayor que todos, el Dios omnipotente. Lo primero que El Shaddai quería hacer era darle bendiciones. Las promesas de Dios asombraron tanto a Abram, que no podía creerlas. Abram le preguntó: «Señor, ¿y cómo sabré que realmente voy a recibir estas cosas?» (Lee Génesis 15:8). ¿Sabes cómo le respondió Dios? Estableciendo un pacto de sangre. Ese pacto resolvió para siempre cualquier pregunta que Abram pudiera tener acerca del amor y la fidelidad de Dios. Al derramarse la sangre, Abram supo que Dios hablaba en serio. Dios estableció el mismo pacto de sangre contigo: sacrificó a Su propio Hijo. El cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús son la prueba eterna del amor de Dios por ti. Por medio de la Comunión, Él nos insta a recordarlo una y otra vez, con el fin de que cuando nuestra fe en las promesas de Dios comience a flaquear, «tengamos un sólido consuelo» (Hebreos 6:18). Medita en el pacto que Dios hizo contigo para recibir una revelación refrescante de Su amor por ti. Toma el pan y la copa. Preséntate ante el Señor y recibe la Comunión. Medita en el cuerpo y la sangre de Jesús, los cuales te han hecho miembro de la familia del Dios todopoderoso gracias al pacto de sangre. Deja que te ayuden a despejar toda duda acerca del amor de Dios por ti. Jamás dudarás de Sus promesas una vez que hayas creído en Su amor. Lectura bíblica: Génesis 15